La participación ciudadana en la resolución de los problemas urbanos.


Los seres humanos al igual que muchas especies de animales, hemos desarrollado la necesidad de vivir en comunidad, aunque debido a la evolución de nuestra especie y el aumento vertiginoso de la misma se han de desarrollar o se han desarrollado nuevas y numerosas estrategias para poder conseguir que dichas asociaciones o comunidades sean exitosas. Con esto podemos entender porque a través de la historia se han aparecido formas de organización como clanes, tribus, comunidades, ciudades, civilizaciones, imperios, países y en la actualidad comunidades de países. Con el fin de satisfacer dicha necesidad y a su vez alcanzar las metas propuestas por estas, ellas sin importar en que época de la historia se hayan establecido.

Durante la evolución de estas asociaciones se han establecido condiciones para el uso adecuado del espacio. En sus inicios las asociaciones explotaban un espacio natural, en el que aprovechaban lo que este le podía brindar en especial sus alimentos, una vez agotados se movían a otro territorio en el que pudieran encontrar los elementos adecuados para sobre vivir como especie. En la actualidad encontramos ejemplos de este tipo de agrupaciones humanas como los Nukak Makú, por lo que podemos entender que la sociedad al igual que los usos del suelo no son homogéneos, cada ejemplo que podamos dar o encontrar a lo largo de la historia de la humanidad puede que en algún sitio se esté aplicando, permitiéndonos a entender que la planificación debe responder a las necesidades de su población, condiciones naturales, geográficas, culturales y climatológicas. De esta manera hallar un equilibrio adecuado entre la explotación de los recursos y el cuidado del mismo. Si bien este no es el ejemplo de planificación que cualquier planificador actual quiera aplicar, si es un principio de planificación, ya que reconocían en el medio sus potencialidades y debilidades.

La experiencia de trasladarse de un sitio a otro por parte de las sociedades primitivas les llevo a entender que en algunos territorios los recursos son más abundante que otros, debido a las condiciones geográficas y climáticas de los mismos. Es por esto que la civilización egipcia se desarrolló alrededor de un espacio geográfico que brindaba las condiciones necesarias para satisfacer sus demandas, en torno a este espacio geográfico ellos lograron planificar los usos del mismo, iniciando con su bien más preciado el agua. Para ello se vieron en la necesidad de construir sistemas de riego para potenciar sus cultivos, los egipcios convirtieron una amenaza como lo son las inundaciones en una fortaleza, aprovechando estos depósitos de agua en las temporadas secas. La aprehensión de los egipcios en el ordenamiento del territorio es visto como un ejemplo, fue por estos que los mesopotámicos aplicaron estos conocimientos y a lo largo de la historia se pueden encontrar el establecimiento de ciudades el torno a los cuerpos de agua. Si bien esta no es una condición universal, pero es la más lógica y adecuada.

En cada estadio de la civilización o periodo histórico como se quiera entender al ser humano como un ser social, encontraremos que la organización en términos generales está presente y de alguna manera u otra ha tenido que haber cierta participación de los individuos que lo componen. Aunque cada caso en particular dicha participación ha sido en gran o pequeña escala. La cultura por su parte estableció una serie de normas conductuales en el individuo, sistemas acuerdos sociales y económicos, la aparición de las leyes y los contratos sociales que determinarían más adelante un uso del suelo que favoreciera alguna de las partes y que correspondiera a los modelos económicos empleados o implementados en la época.

Puede considerarse entonces que la cultura es un actor determinante si no el más determinante en lo que a los grupos humanos respecta. En nuestros días la participación ciudadana por medios virtuales e incluso desde la misma naturaleza de nuestro Estado Nación se ha convertido en una herramienta a través de la que el individuo expone la perspectiva desde la que piensa el espacio y la forma en cómo puede aportar a la construcción, reconstrucción, distribución y mejoramiento del mismo.

Si bien para lo que a este tema atañe la opinión de cada individuo es importante, sobra decir que quienes llevan a cabo proyectos de grandes magnitudes en lo que a la utilización del espacio respecta, necesitan desarrollar en el colectivo una idea, un pensamiento coherente que les conduzca a materializar sus propuestas. Es allí donde la educación de la mano del Estado entra a jugar uno de los papeles más importantes: escuchar a cada uno de los integrantes de la sociedad, reconociendo sus necesidades y a su vez las necesidades del colectivo.

Un individuo que se siente incluido en la toma de decisiones piensa en colectivo, un colectivo convencido de la necesidad de implementar cambios que proyecten a las ciudades o países a alcanzar mayores estándares de vida actúa atendiendo a los parámetros propuestos. La escuela es entonces el espacio de difusión de los cambios, de los procesos de las ideas que se materializan por medio del accionar social.

La construcción de cátedras que construyan en el individuo la capacidad de estudiar y analizar su espacio son hoy por hoy más que necesarias atendiendo sobre todo a las problemáticas de orden ambiental y social en las que todos nos vemos afectados, es necesario promover en cada uno de los habitantes de una ciudad la capacidad de criticar con objetividad el cómo y el porqué de implementar cambios en lo que al empleo de los espacios se refiere, como proyectarnos como sociedad, como pensar en colectivo, como mostrar a otros países y ciudades lo que somos y lo que podemos ofrecerles desde el punto de vista económico respetado el hecho de cada comunidad es diferente y tiene sus propias necesidades y fortalezas.

No es descabellado pensar en la necesidad de que todos y cada uno de los integrantes de las sociedades conozcan al menos levemente la dinámica de expansión y crecimiento de los países ciudades y pueblos en los que habitan y que además promuevan desde sus realidades alternativas de aprovechamiento eficaz del espacio, usos adecuados del suelo y sobre todo actividades que fortalezcan los modelos de desarrollo de estrategias renovables que respondan de manera efectiva a las necesidades que nos competen.

El maestro como conocedor y formulador de soluciones en el aula impartirá las dinámicas y generara los espacios para la proposición de soluciones y por supuesto para la implementación de políticas estatales dirigidas el conocimiento, aprovechamiento y sostenibilidad del espacio por parte del individuo.

La planificación territorial debe ser un proceso ambicioso en el que se encuentre involucrado el colectivo es necesario planificar y definir la manera en la que se implementaría este modelo de pensamiento del espacio en las instituciones educativas, evento que admitimos no es sencillo al igual que no es sencillo tomar ninguna decisión que modifique los parámetros de orden social y/o cultural, pero también es necesario admitir que el reconocimiento del espacio no es solo cuestión de los profesionales afines a esta área sino la exigencia del mundo de hoy.

Podríamos considerar esta propuesta como un elemento definitivo incluso en las demandas medioambientales que afectan y se han convertido en un reto para los dirigentes y organizaciones supranacionales, pero eso sería desviarnos a otro campo que si bien no es menos importante deja de lado el acercamiento directo de estas realidades al ciudadano del común que es en quien queremos enfatizar esta propuesta pues es él quien de una manera u otra determinara los ritmos y dinámicas espaciales desde su accionar en interacción con lo propuesto por parte de los elementos que conforman las políticas de orden estatal.

Como profesional de la educación básica y media me siento en la obligación de hacer parte de la integración de la ciudadanía con los proyectos de ordenamiento territorial de mi ciudad y mi región esto lo lograré exitosamente conociendo en profundidad los elementos que componen el urbanismo, de aquí surge la aspiración de ser parte de esta maestría, en la que conoceré de forma transversal las distintas formar de entender el territorio y las posibilidades de planearlo según sus recursos, necesidades poblacionales, proyecciones económicas y estándares globales.

Al contar con un conocimiento superficial de lo urbano y el desarrollo territorial no es posible ser un agente transformador de la comunidad y menos de la ciudadanía, es necesario conocer las experiencias de la participación y la aprehensión de esta en los proyectos de planificación del territorio, esto debe un conocimiento formal y especifico a una escala mayor a la de un pregrado, en donde solo se genera el interés del futuro educador de las ciencias sociales por el tema espacial. Es en la Maestría en Urbanismo y Desarrollo Territorial que su universidad brinda, donde podré encontrar espacios de participación en los que profundizaré lo relacionado con esta temática


Como egresado de la maestría podré enseñar en espacios académicos universitarios en los que participaré en proyectos investigativos a nivel institucional, local y regional que interesen a la academia. Que busquen a su vez las potencialidades de nuestras ciudades y la proyección de las mismas a nivel nacional e internacional. Resaltando en los espacios que me brinde la academia la importancia de incluir a la ciudadanía en la planeación territorial. 

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